Esta receta es tan fácil que prácticamente se hace sola y el resultado es realmente espectacular. Las costillas quedan con un sabor dulzón y muy jugosas y no se nota el sabor a miel.
INGREDIENTES:
• Costillas de cerdo
• Medio vaso de miel
• 1 limón
• Sal y pimienta
PREPARACIÓN:
En una bandeja de horno poner las costillas de cerdo y salpimentar.
Meter en el horno unos 50 minutos a 200ºC hasta que queden doraditas.
Mientras, hacer la mezcla para la salsa, que se tarda menos de 1 minuto. En un vaso se pone medio vaso de miel y el zumo de un limón, remover un poco para que se mezcle bien. Cuando a las costillas estén casi listas verter por encima la salsa y dejar en el horno unos 5 minutos más para que se terminen de dorar con la miel.
En este caso las he acompañado con las patatas de la abuela.
NOTAS:
Esta receta se puede hacer con cualquier corte de costillas: el costillar entero, troceadas una a una o costillas troceadas en trozos pequeños.
Nunca las probe con miel, por miedo a que quedaran dulces, pero si no se le nota el sabor, las haré.
ResponderEliminarGracias por quedarte en mi cocina.
Besos. Lola
Y sobretodo; chuparse los dedos, jeje, besitos.
ResponderEliminarMmmmmm, tienes razón Caty, chuparse los dedos y también los huesecillos, en casa estas costillas quedan sin nada de carne, roídas totalmente jajajja! Besos!
ResponderEliminarYo que nunca cocino, tras descubrir tu blog decidí aventurarme a hacer esta receta, que no me ha costado nada de trabajo, y ha salido muy buena.
ResponderEliminarPD: Yo le añadí al final un poco de salsa barbacoa, pero no en cantidad, ya que el dulzor de la miel le da un toque excelente.
Firmado: una tiquismiquis comiendo.